Una colaboración de la autora
TERESA
OTEO
IGLESIAS
No exagero si os digo que el día que la prueba de embarazo dio
positivo fue el mejor y el más feliz de mi vida.
¡Hacía tanto tiempo que lo buscábamos! Después de muchos médicos,
pruebas, análisis y tratamientos de fertilidad, por fin sentía que las lágrimas,
el dolor y el sufrimiento habían merecido la pena.
Recurrí a Regina movida
por la desesperación y la fuerza
de una mujer que desea ser madre por encima de todas las cosas.
Mi abuela y las ancianas del lugar habían oído hablar de ella
desde siempre, la bruja, la llamaban, pero fuera lo que fuese lo que hacía,
funcionaba. Los rumores decían que su
magia negra comenzaba donde la ciencia se rendía.
El lugar donde esa hechicera había instalado su dispensario no
era agradable y el reconocimiento que me hizo muchísimo menos. Aquel sitio
tenía algo que ponía la carne de gallina. Era tétrico, oscuro, atestado de
velas, amuletos y objetos extraños y
poco o nada esterilizado, eso seguro,
pero tenía que probar, tenía que quemar mi último cartucho, se trataba de la
última posibilidad de fecundar a mi propio hijo.
Regina era una mujer
mayor, pero no parecía tan vieja como decían las habladurías del pueblo;
pequeña y contrahecha llevaba el pelo muy negro, recogido en un moño bajo y
tenía una forma de hablar seca y cortante que no inspiraba ninguna confianza.
Sus ojos, de colores diferentes, uno gris y otro azul, parecían tener vida
propia y era imposible saber hacia dónde miraban.
No dejó que mi marido pasara conmigo, le hizo esperar fuera:
_ No quiero hombres pisando mi casa – gruñó entre dientes
mientras me guiaba a un pequeño cuarto.
Me pidió que me desnudara de cintura para abajo y me tumbara sobre aquel camastro, realmente daba grima, pero intenté
relajarme y no pensar en ello.
Palpó mi vientre con fuerza, me hacía daño, contuve un grito de dolor cuando introdujo su mano en mi interior mientras
murmuraba:
_ Es imposible que engendres, niña, estás seca por dentro, eres
un yermo árido, no podrás concebir con ningún varón, pero yo puedo ayudarte, si
confías en mí…
_ ¿Qué tengo que hacer? Estoy dispuesta a cualquier cosa, lo que
sea.
Te prepararé un ungüento para que te pongas una cataplasma sobre
el vientre durante la próxima luna llena
y desde mañana beberás cada noche el brebaje que te daré.
_ ¿Una pócima mágica?- no sé si…
_ Una fórmula magistral, pero tú decides, niña, yo no voy a
intentar convencerte de nada, si estás aquí es por algo.
_ Está bien, está bien… lo tomaré, lo haré. – contesté
convencida.
_ Necesito una gota de tu sangre y otra de tu marido para
elaborarla, los demás ingredientes mejor que no los sepas, de lo que sí debo
advertirte es de que tu vida puede verse alterada de alguna forma que no puedo
precisar, eso se escapa a mi control, digamos que todos los tratamientos tienen
sus efectos secundarios…incluso este.
Al día siguiente a primera hora fui a recoger la poción y por la
noche antes de acostarme tomé mi primera dosis.
Poco después la noticia se confirmó: un pequeño embrión se
gestaba dentro de mí y yo irradiaba
felicidad. Regina y su tenebroso consultorio habían pasado a un segundo plano
en el escenario de mi vida. No volví a pensar en ella.
Aquella alegría no duró mucho, pronto se vio ensombrecida por una
terrible desgracia. Comenzaba mi tercer mes de embarazo cuando mi marido moría
en un accidente laboral, la caldera que reparaba estalló llevándose por delante
media casa y una vida.
Pasamos a ser viuda y huérfano en una fracción de segundo.
Todo cambió. Me sentía sola, abandonada y enfadada con el mundo
que parecía haberse confabulado contra mi felicidad.
El embarazo se convirtió entonces en una pesadilla física y
psicológica.
En la ecografía de las
veinte semanas los médicos vieron que algo no iba bien, el feto no se estaba
desarrollando como debería, les alarmó el tamaño excesivo para su edad
gestacional y las malformaciones en sus extremidades, me dijeron que se trataba
de algún tipo de alteración genética en los cromosomas y que se desconocía cómo
podía evolucionar.
Mi felicidad se transformó en terror; apenas podía conciliar el
sueño y las pesadillas eran constantes, en ellas aparecían criaturas
terroríficamente demoníacas que se llevaban a mi niño de la cuna mientras yo
dormía.
Me despertaba sobresaltada, con taquicardias, llorando y me
aferraba a mi abultado vientre que parecía querer abrirse en canal. Y así fue…
una noche de octubre, un mes antes de la fecha prevista me puse de parto, no
tuve tiempo de llamar a emergencias ni avisar a nadie. Las contracciones eran
cada minuto, me obligaban a empujar, el dolor era insoportable, no podía
detenerlo más, la cabeza del bebé ya asomaba, así que me tumbé y dejé que la
naturaleza o lo que fuese aquello siguiera su curso. La temperatura de la
habitación bajó varios grados de repente, la sensación térmica era muy fría y
una rara y súbita corriente de aire cerró de golpe las puertas que se
encontraban abiertas. Mi cuerpo no paraba de temblar de dolor, de frío y de
miedo.
El cielo cubierto por unos negros nubarrones se iluminaba por
misteriosas luces como relámpagos que parecían querer partirlo en dos mientras
extraños pajarracos negros graznaban estrellándose contra las ventanas de la
casa.
Iván nació la noche del 31 de octubre. Tenía un extraño antojo en
su espalda, una mancha en la piel, una
especie de símbolo… sabía que lo había visto antes pero el cansancio y la
fatiga no permitieron a mi cerebro recordar dónde.
Tres días después regresaba a casa del hospital donde me llevaron
para comprobar que todo estaba bien después del alumbramiento.
Mi niño y yo solos comenzábamos una nueva vida. Él era diferente,
iba a necesitar mucho a su madre, pero allí me tenía estrechándolo entre mis
brazos y me tendría siempre…
Aquella noche Iván no dejaba de llorar, no había forma de
calmarlo, parecía querer avisarme de que
algo iba a pasar, no quería el pecho, ni que lo cogiera en brazos, ni nanas…
todo era inútil. De madrugada caí rendida sobre la cama con el bebé en brazos,
en algún momento su llanto cesó y ese atronador silencio me despertó: Regina
estaba en mi dormitorio, tenía a Iván,
el niño parecía tranquilo y
feliz, esbozaba una enigmática sonrisa.
Estas fueron las últimas palabras que escuché mientras mi vida se
desvanecía:
_ Vine a por lo que me pertenece- me dijo con el cuchillo
chorreando mi sangre todavía en su mano- Él te llevó hasta mí, yo necesitaba un
vientre para engendrar al hijo de mi señor, era su regalo por mis servicios, fuiste la elegida entre muchas, puedes estar orgullosa, cumpliste con tu
misión, ahora yo me encargaré de su cuidado. Por fin tendré el hijo que tanto
deseé y que tu Dios me negó.
El mango del cuchillo con el mismo símbolo que el antojo en el
cuerpo de Iván quedó grabado en mi pupila para siempre.
Todo sobre Teresa Oteo Iglesias:
Página oficial Orbis Verbum en Facebook https://www.facebook.com/OrbisVerbum?ref=ts&fref=ts
Blog Orbis Verbum http://orbisverbum.blogspot.com/
Blog Puntos suspensivos http://puntosuspensivos-teriri.blogspot.com/
Síguela en Twitter https://twitter.com/teriri531 @teriri531
y en Youtube http://www.youtube.com/channel/UCAMJEEujUd1S4ergmamXG_w
Visiten las vías de promoción de esta fabulosa autora. Muy pronto tendrán noticias muy buenas acerca del
proyecto literario ORBIS VERBUM: un giro de compás.
No se olviden dejar sus comentario, automáticamente están participando del sorteo. Gracias por apoyar este mes especial en LDU.
y en Youtube http://www.youtube.com/channel/UCAMJEEujUd1S4ergmamXG_w
Visiten las vías de promoción de esta fabulosa autora. Muy pronto tendrán noticias muy buenas acerca del
proyecto literario ORBIS VERBUM: un giro de compás.
No se olviden dejar sus comentario, automáticamente están participando del sorteo. Gracias por apoyar este mes especial en LDU.
9 comentarios :
Que historia, Teresa Oteo.
Planteaste un clima para presagiar que no se podía esperar algo bueno de eso. Por el anuncio de efectos no controlados y por lo de la formula con ingredientes no revelados.
¿Terminará ahí la desventura de la protagonista o se convertirá en un fantasma que trate de rescatar a su hijo?
Y reconozco que el título me estuvo intrigando, desde que lo vi en el calendario.
Excelente, Tere!
Y para no perder la costumbre, te repito que te odio.
Muy buen relato, aunque debería decir espeluznante! De tí Tere, no se podía esperar más, que una historia que nos mantuviera en alerta a cada segundo! Buen aporte para este octubre de miedo!!!
Besos!
Gaby*
Los niños y el diablo, qué mala combinación! siempre me ha dado muchísimo miedo(El exorcista,La Semilla del diablo, La profecía). Mantienes muy bien la tensión y aunque te esperas el final, sorprendes con la aparición de la bruja y la muerte de la madre.
Muy bueno!!!como siempre.
Besos
WOW!! Realmente alucinante Tere, esta buenisimo, me encanto xD!!
Como dicen todos, has creado todo un ambiente aterrador que se sabe que algo malo va a pasar pero no sabes que. Genial!!
Besos
Muchas gracias a tod@s por vuestros comentarios!!
Y aprovecho para dar una noticia en exclusiva: este relato formará parte de una antología que estará en descarga gratuita en BUBOK a partir del 31 de Octubre !
Besos!
Hola Teresa, buenos días,
aquí acaba de dar la 1 de la mañana,
y sabes que?
no creo que haya sido una buena idea venir a leer este bonito relato a ésta hora =(
Mamadera...
quien me mandó? jajaja
mira, encima de todo, si hay algo que no me agrada para nada son los partos,
te digo más, con todos los ingredientes que le has agregado imagínate cuan feliz me has hecho =)
Fantástica historia,
sinceramente para aplaudir,
envidio a quien puede escribir una historia sin perder el eje,
es elogiable!
Te deseo un maravilloso viernes
un gran abrazo
Gracias Demiurgo, Kramer, Judith, Gaby, Ariel y Charo por las palabras. Coincido totalmente en que es brutal el nuevo relato de Teresa y me alegro que esté incluido en la nueva edición. Sigan comentando y compartiendo, falta poquito y esta bestia llamada OCTUBRE EN LDU está completando su transformación!!! jeje
Teresa por favor que relato!!! Es estupendo!!! No pude parar ni a respirar mientras lo leía. Una historia fuerte, llena de suspenso, a veces los sueños se pagan muy caro por cumplirlos. La verdad me encantó, te felicito amiga sos una escritora de lujo.
Un beso enorme.
Publicar un comentario