LUIS.
“No se culpe a nadie de mi vida”
(Julio Cortazar)
Aun recuerdo aquella mirada pequeña,
llena de misterio y dulzura.
Por aquellos días yo trabajaba en la estación de servicio de la avenida 8 de Octubre y Larrañaga,
mi turno de noche me daba la posibilidad de conocer mucha gente,
muchos personajes que quedaron en mi memoria.
Pero hubo alguien en particular que siempre recordaré con el cariño mas grande:
Una madrugada de verano llegó un niño de unos diez años,
callado y de cuerpo delgado.