Capítulo 11°
…Sabía también que existían plantas
lejanas, más antiguas que en su tierra, en miles y millones de años, con
civilizaciones tan adelantadas como esos miles de millones de años.
¿Si proviniera de allí?
No lo pensaría más, la decisión estaba tomada.
Tendría un hijo de Deig, así quedaría todo bloqueado para Lambert.
También decidió que al volver a tierra si Dios así lo permitía, dejaría todo y volvería a su tienda de New York.
En eso estaba cuando Deig le pidió entrar.
Débora, vengo a informarte que desde tierra, las estaciones avisan que todo está bien y que ellos se encargaran de todo.
¡Que bueno, Deig! siéntate.
Que dice Bágner a todo esto?
Que él no está en disposición de correr nuevos riesgos, el susto fué grande, que está dispuesto a cotejar todos los instrumentos de la cabina.
El vuelo continúa sin riesgos de ninguna naturaleza.
Débora se puso de pie, haciendo Deig lo mismo.
¿Si proviniera de allí?
No lo pensaría más, la decisión estaba tomada.
Tendría un hijo de Deig, así quedaría todo bloqueado para Lambert.
También decidió que al volver a tierra si Dios así lo permitía, dejaría todo y volvería a su tienda de New York.
En eso estaba cuando Deig le pidió entrar.
Débora, vengo a informarte que desde tierra, las estaciones avisan que todo está bien y que ellos se encargaran de todo.
¡Que bueno, Deig! siéntate.
Que dice Bágner a todo esto?
Que él no está en disposición de correr nuevos riesgos, el susto fué grande, que está dispuesto a cotejar todos los instrumentos de la cabina.
El vuelo continúa sin riesgos de ninguna naturaleza.
Débora se puso de pie, haciendo Deig lo mismo.
Te diré que no hay mucho que hacer. Según me informas, ayúdame a comprobar el buen funcionamiento de los instrumentos.
Escucha Débora, tú no puedes pasar por encima de Bágner, él ya los cotejó.
Lo siento por él, pero solo cumplo con mi misión, para ello me designaron la dirección principal de esta nave.
Entonces… amiga… te acompaño.
No te molestaré más que para esto, por ahora, luego nos queda dormitar, montar guardia y trasmitir a tierra cada hora exactamente.
Llama a Vladimir que se encargue de esto último.
Débora tu no puedes ordenar en nave extraña, ellos ya tienen quién los dirija.
Lo lamento, si se ensamblaron a la nuestra, deben asumir responsabilidades conjuntas.
Consúltalo mejor con Bágner.
Entonces dile que en una hora, después de alimentarnos, tendremos una reunión.
¡Para que?
Como para que! si estamos unidos para un fin, específico, lo estaremos para todo.
Está bien lo que dices, pero para ello debemos ponernos de acuerdo.
Reunidos después de comer, aunaron ideas y propósitos.
DÉBORA: los he reunido aquí, porque como dirección de esta nave, tengo la suficiente autoridad, para dar tareas de vuelo.
VLADIMIR: perdón señorita Schillers, no lo es en nuestra nave.
DÉBORA: se olvida señor que estamos ensamblados.
VLADIMIR: no señorita no lo hemos olvidado.
COSTANTÍN: tomaré la palabra, si es que me lo permiten.
DÉBORA: para eso somos compañeros,
COSTANTÍN: a mi entender, ambos están en lo cierto, pero como hay disparidad de ideas, tendríamos que consultar a tierra.
YURY no hay tiempo, nos amonestaran, creo que los seis tenemos suficiente criterio, para discurrir y ponernos de acuerdo
CONTINUARÁ…
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