Aquí, volveremos a apreciar el talento narrativo del autor.
En el cuento anterior (parte de la propuesta de Octubre: Halloween en LDU) la vida humana intentaba ser entendida por las máquinas y con un desenlace para "resetear" (quien haya leído el aporte entenderá este término).
Sin más preámbulos...
Llegaremos
a Brasilia en dos horas. Nos aprestamos para la gran batalla.
Hace
décadas que la opresión viene forjando nuestro deseo de luchar y de ser libres.
Ajusto
mi cinturón y me preparo para el lanzamiento. Mis cuatro
compañeros
de cápsula están listos. Alfa 9810 tiene los ojos cerrados, quizá por los
nervios, quizá por la emoción. Es su primer vuelo fuera del continente. El
resto de
nosotros tiene algo de experiencia, pero no más valentía.
Mi
nombre es Beta 4791. Nací el día doce del primer mes de 2083 en la base
europea Esperança, cerca del país que antes llamaban España. No tuve la suerte
de conocer a mis padres. Tal vez ellos también estén viajando en alguna de las
miles de naves que nuestro Líder ha enviado hacia el Imperio.
Allí,
no nos esperan. No conocen nuestras nuevas armas. Ni siquiera saben de
nosotros, encerrados en sus enormes burbujas, distraídos por sus pantallas, alienados
por sus medios de comunicación… no imaginan que vamos a invadirlos.
*
En
mi infancia escuché una hermosa leyenda. Relataba la cruzada de grandes
hombres, que liberaron Eurasia de un oscuro tirano.
La
comparto para animar a mis compañeros. Delta 0462 me asegura que la historia
es cierta y que ocurrió hace unos doscientos años. ¡Doscientos años!
¿Será
así? Ojalá recuerden esta gesta durante tanto tiempo.
Por
ahora, no sé nada de Gama ni de Omega. Ni sus números de serie, ni su
edad... Pero en sus rostros veo el mismo maltrato que hemos sufrido como pueblo.
Pese
a todo, pudimos adaptarnos. Siempre lo hicimos. Estamos decididos a ser
libres. Acabo de cumplir dieciocho años y nunca pude decir lo que sentía. Me acostumbré
a hablar en voz baja, a no mirar a los ojos, a callar, a no pensar distinto.
Con
Alfa fuimos compañeros de escuela-cárcel. Doce años completos
levantándonos
de noche, picando roca, limpiando el excremento de nuestros dictadores
de América del Sur. Setecientos metros bajo la superficie, casi sin luz ni
agua,
con poco aire…
La
esclavitud ha moldeado y templado nuestro espíritu. Así, aprendimos a compartirlo
todo. No lo que sobraba, lo que faltaba y apenas alcanzaba.
Día
tras día, creció en nosotros el sueño de libertad.
*
Pasan
los minutos y siento que mi traje me ajusta bastante. Acostumbrado a
la escasez, llevo pocas provisiones. Sólo guardo dentro de mi ropa una
fotomóvil de
mi futura esposa, que una y otra vez me saluda y alienta. Eso me hace más
fuerte y me asegura que esta guerra… esta guerra valdrá la pena.
Seguimos
volando, cada vez más rápido, en una de las naves que la
Resistencia
ha lanzado rumbo a la capital del Imperio Suramericano. Aquí, como en
las otras, hay cinco guerreros dispuestos a todo, uno de cada raza europea.
Kilómetros
y kilómetros de orgullo y valor me rodean.
En
este momento, en mi pantalla-facial aparece la imagen de nuestro Líder, que
nos repite, con voz serena pero firme:
VAMOS
POR TODO. QUEREMOS SER LIBRES...
VAMOS
POR TODO. QUEREMOS SER LIBRES...
VAMOS
POR TODO. QUEREMOS SER LIBRES...
Con
la tranquilidad del que es capaz de dar la vida por lo que ama, me recuesto
sobre la ventana que muestra las estrellas y trato de descansar un poco.
*
Sólo
faltan cuarenta segundos para llegar. Me siento feliz. Veo a través de
mi
casco que la batalla final ha comenzado. Y estoy seguro… la victoria será
nuestra.
¡Viva
la Gran Eurasia !
¡Viva!
Cinco
guerreros - Finalista del II Premio de Relato
“Taller de Escritores” (Barcelona, España)
Obviamente, dejamos los sitios del autor por más datos y lecturas:
3 comentarios :
Cualquier lucha por la libertad merece la pena!!
Besos!!
Hace 200 años o mil, esos guerreros luchan por algo que merece la pena, lástima que esas causas nunca se agotan y se pierden vidas, lástima de terquedad inmunda que pide héroes para vencerla.
Buen relato Gonzalo, felicitaciones.
Luís, disculpas, he estado desconectada por motivos técnicos y de trabajo, todo junto y aún sin correo.
Regreso con ganas de retomar el pulso, pero a mi ritmo, gracias por tus visitas, besito cariñoso.
Para cada uno su causa es una causa justa, cambiarían la perspectiva si pensaran el las consecuencias de buscar esa justicia. Ciertamente, la libertad es un derecho y una obligación que merece cualquier lucha.
Gracias Tere y Natalia por comentar. Le envié a Gonzalo el enlace de la entrada, espero que esté leyendo sus buenos comentarios.
PD: Natalia, la tecnología a veces es tan ingrata, jeje. Esperamos tu retorno, al ritmo que quieras. Un beso
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