Era
imposible faltar a semejante acontecimiento. No podía negarme ni quedar fuera
de la primera convocatoria de la administradora
de un blog que está muy ligado a LDU y que además es juevera. Desde DARK LIGHT (que
se le otorgó la máxima distinción en mi espacio; el Premio B en la segunda
edición, categoría Uruguay), Judith Ruiz nos presenta su tema para esta nueva
convocatoria.
por LuisBernardo
Rodríguez
Son estupideces que la gente repite y siempre hay un crédulo que afirma que sucedió. Hay tantas leyendas urbanas como miedos en los hombres...
En fin... que todo este rollo de las leyendas
urbanas me hizo recordar un relato de Borges. Donde dos hombres tenían un mismo
sueño. Uno de ellos debió sufrir mucho para encontrar la fortuna en el sueño
del otro.
Aquellos que escriben, sueñan con otros
hombres y construyen realidades. Ahora mismo, estoy creando una mujer. Tal vez,
ella es real y mi insana imaginación la haga caer en desgracia. Quizás no sea
ficción, sino que; se ha cumplido la
maldición, pero es más fácil y sencillo llamarlo casualidad.
En mi nuevo relato (que espero que algún
concurso se digne premiar) la voy a asesinar.
Me la imagino, guapa, inteligente y muy
simpática, me da un poco de pena darle semejante final. Estuve delineando el
personaje y opté por otorgarle una nacionalidad; que sea española. En parte, porque
estoy en Madrid visitando a mí hermana.
Una cosa perversa se me acaba de
ocurrir. Voy a endulzar al personaje para que el lector se identifique de tal
forma, que al final se angustien por la tragedia. Quién
no recuerda a una de las maestras que tuvo en la infancia, eso me podría servir
para que aquellos que lean el relato vean en esta maestra a aquellas que los
educó. Debería ser madre, tal vez dos pequeños varones. No, mejor uno menor y el
otro adolescente. Obviamente, también es esposa.
Retomo estos apuntes para analizar la
posibilidad de que sea escritora y que esté inmersa en su primer proyecto
literario. Aprovecho para transcribir parte del texto que ya tengo elaborado:
Una joven maestra de escuela pública estaba llegando tarde
a su aula. Los chicos esperaban impacientes su arribo.
La clase fue muy divertida y ella se sintió reconfortada
porque pudo hacer germinar nuevos conceptos en las mentes fértiles de sus
niños.
Recogió sus cosas y antes de retirarse del recinto, le
urgió la necesidad de ir al baño.
Mientras estaba sentada en el excusado, de repente, siente
el sonido de la puerta que hace al abrirse, escucha pasos. Y nuevamente el
sonido de una puerta pero del cubículo próximo a donde estaba ella. Algo le
llamó la atención de ese visitante, no sonaban a tacos sino a pisadas de
zapatos. Posiblemente, era cosa de ella y de su mente creativa, la explicación más lógica era que podían ser de una chica en zapatillas que
amortiguaban la pisada, pero igual esa extraña intuición de que fuera un hombre
en el baño de mujeres persistió.
Al salir del baño, casi lanza un grito que alertaría al
conserje del instituto. Aunque en ese momento, seguramente, estaría cerrando
todas las puertas para retornar a su casa. Lo que vio en el espejo del baño fue
lo que casi la infarta. Una leyenda escrita con lápiz de labios (que además
reconocía que era el que ella misma usaba) indicaba una amenaza: “Tengo que acabar contigo”.
En esos segundos de
puro pánico, escuchó el golpeteo impaciente de un pie en uno de los cubículos. Se agachó
para observar unos zapatos negros. Sabía que su asesino cumpliría la promesa
del espejo.
El final realmente no me gusta, le falta más suspenso y debería
extenderlo un poco más. En este momento no puedo concentrarme porque los
malditos perros están aullando, de seguro se les dio por perseguir a los patos
del estanque. Voy a echar un vistazo y ahuyentarlos para que no lastimen a ninguno.
Luego, retomaré el relato…
1 comentario :
bueno nos has relatado una interesante historia amiga, muchos saludos....
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