lunes, 20 de junio de 2011


"Luis" por Enrique Gabriel Figueredo. Montevideo, Uruguay



  LUIS.
                                           “No se culpe a nadie de mi vida”
                                                       (Julio Cortazar)

Aun recuerdo aquella mirada pequeña,
llena de misterio y dulzura.
Por aquellos días yo trabajaba en la estación de servicio de la avenida 8 de Octubre y Larrañaga,
mi turno de noche me daba la posibilidad de conocer mucha gente,
muchos personajes que quedaron en mi memoria.
Pero hubo alguien en particular que siempre recordaré con el cariño mas grande:
Una madrugada de verano llegó un niño de unos diez años,
callado y de cuerpo delgado.
Con un andar tranquilo.
La primera vez que lo vi entró caminando seguro,
me pagó con un montón de monedas y se sentó en una de las tantas mesas del lugar.
Solo quería comer y descansar un poco.
Noche a noche llegaba casi a la misma hora,
con sus monedas y sus manos cansadas.
Aprendí a conocerlo y poco a poco nos fue uniendo una amistad que nunca iba a olvidar.
La madrugada no era  madrugada sin él,
Sin su imagen a las tres de la mañana,
entrando por aquella puerta tan firme como un monarca,
Llenando el aire con su sonrisa.
Se llamaba Luis aquel niño,
Y pasaba las noches recorriendo la cuidad pidiendo monedas.
Me había acostumbrado a verlo llegar con su ropa gastada,
con su pelo corto igual que sus sueños,
con su vida de niño mas allá de las vueltas por las calles.
Muchas veces me quedaba mirándolo para tratar de entenderlo,
para saber mas de él y su misterioso mundo que lo rodeaba.
Luis casi no hablaba,
solo comía con ansias las hamburguesas y papas fritas que noche  a noche venia a buscar.
A veces lo invitaba con refresco solo para ver la felicidad en aquellos ojitos oscuros,
mientras nada mas importaba, solo el y sus manitos pequeñas pero fuertes.
Noche a noche llegaban amigos,
policías,
prostitutas,
fiolos,
ladrones,
drogadictos,
borrachos,
y toda clase de personajes nocturnos.
Pero la madrugada no era madrugada si no llegaba Luis.
Pasaron meses,
años,
y Luis siempre venia con su enorme sonrisa a los saltos entre la gente.
Lo veía con su rostro casado,
con hambre,
con frío y sueño.
Y me veía a mi como reflejado en su vida llena de sobresaltos.
Lo ayudaba como podía,
como si esas manos chiquitas y frágiles fueran mías,
como si el tiempo me hubiera regalado la oportunidad de verme cuando niño.
La ultima vez que llegó a visitarme fue una noche de enero,
llegó contento y mas temprano que de costumbre.
Quería que le comprara una billetera para sus monedas,
una igual a la que yo tenia,
me quiso dar el dinero,
 pero le regalé la mía.
Esa vez fue una de las veces en que lo vi mas feliz con tan poco.
Se fue casi corriendo y fue la ultima vez que lo vi.
Pasaron muchas noches de incertidumbre y soledad.
No lo veía venir caminando hacía mi,
no tenia aquel espejo en el cual me vía reflejado,
no tenia a quien pedirle perdón en silencio mientras lo miraba comer.
Una noche me enteré que Luis,
aquel niño de mirada franca,
lleno de palabras,
sonrisas,
de voz pausada y ropa sucia ya no volvería a poblar mis madrugadas.
Lo habían internado en un hogar para niños.
Me enteré porqué una noche me llamó por teléfono para decirme con su voz firme y clara,
que estaba bien,
que ya no podría ir a verme,
y que me extrañaba mucho y me quería.
Fui la primera persona que quiso llamar para que no me preocupara.
Esas palabras fueron demasiado.
Lo despedí con la voz ronca apenas pude romper el silencio.
Me fui al vestuario con pasos apurados.
Había estado mucho tiempo mirando la misma mesa vacía,
como queriendo evitar que usurparan aquél lugar.
Ya en soledad apreté mis puños contra la pared,
y lloré como un niño …un niño de diez años.

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          Enrique Gabriel Figueredo

Correo electrónico: egfigueredo@gmail.com
                            egfigueredo@hotmail.com
Participación en el taller literario de la Sra. Carmen Galusso, años 2005, 2006, 2007, 2008.
Primer premio en poesía en el Concurso Juvenil Literario Testimonial, organizado por la Casa Bertolt Brech, año 2004, Montevideo Uruguay (Jurados: Washington Benavides, Elder Silva, Mercedes Lyngeri, Silvia Aguiar).
Integrante del Liceo poético Benidorm (España)
Semi-finalista en el Concurso organizado en España: Centro de Estudios Poéticos (Madrid, España), año 2003. (www.centropoetico.com)
Tercer premio en el concurso internacional de poesía Juan Zorrilla De
San Martín. (Noviembre de 2011)

Participación con poemas en libros editados: Partir el silencio en pedazos, año 2004; Labriegos del Papel I, año 2005; Labriegos del Papel II, año 2006, La fantástica casa de las palabras errantes, año 2008.
“Festival Encontes” (España) 2010
“Una isla en una isla” (Estados Unidos) 2011.

Agradezco a Enrique Gabriel Figueredo su colaboración en este blog.


*El relato "Luis" fue recientemente premiado por La Casa Vasca de Corpus Christi y la subcomisión de la biblioteca "Atahualpa Yupanqui" con la mención de Personaje destacado en el cuarto certamen literario Relatos asombrosos. Felicitaciones Gabriel Figueredo.
 jueves 17 de Mayo. 2012

1 comentario :

Ivana Gisela Alvarez Riccardo dijo...

Profundo, humano, bello.

Un gran abrazo para esta sensibilidad.


Ivana G. Alvarez R